En primer lugar las fuentes directas, es decir, los propios objetos originales conservados en las colecciones particulares y en los museos de todo el mundo (deberíamos tener una visión más global de esta “moda”). Por supuesto estas fuentes son las más exactas y fiables ya que estamos contemplando y tocando (si tenemos suerte) la prenda original y conociendo su historia.
Museo de Zaragoza
Entre las fuentes indirectas que debemos valorar tenemos la denominadas fuentes orales; serían refranes, dichos o coplas en las que mediante tradición oral (el boca a boca) se transmitían conocimientos y costumbres, entre ellas algunas están referidas a la indumentaria del momento.
Las fuentes escritas son muchas y entre ellas: documentación de archivo, documentos notariales como testamentos o capitulaciones matrimoniales, periódicos y boletines, literatura de la época y libros de viajeros, sobretodo europeos que durante el siglo XIX visitaban España ya que para ellos resultábamos un país “exótico” y curioso.
Las fuentes que llamamos iconográficas, o las que nos muestran una imagen, puede que sean las más fáciles de localizar aunque quizás las que con más cuidado o “perspectiva” tenemos que tratar. La pinturas costumbristas y las estampas o grabados, son manifestaciones artísticas que nos muestran la vida en el siglo XIX y a principios del XX. Pero en ellas y como no podía ser de otra manera, a veces el autor transmitía su visón personal de esa realidad o incluso, en el caso de los dibujantes de estampas, en ocasiones se copiaban y modificaban algunas ya publicadas.
“Tipos Aragoneses”. Sorolla
Las fotografías, en ocasiones fiel reflejo social y otras simples “poses” con ropas que ya no se usaban en ese momento, las tarjetas postales y algo muy interesante y curioso para los “cinéfilos”… las filmaciones tanto documentales como de ficción.
Hola. Me gusta mucho sus publicaciones. Espero que sigan aciendo muchas mas.